En muchas ocasiones nos paramos a pensar en relación a qué objetivos nos queremos marcar, cuales serán nuestros propósitos o que sueños perseguimos. En muchas ocasiones es posible que la probabilidad de equivocar el tiro sea alta. Y existen pocas frustraciones más grandes que marcarnos un objetivo equivocado, perseguirlo y terminar consiguiéndolo.
En muchas ocasiones si buscamos lo que debemos, en lugar de centrarnos en lo que queremos, terminamos encontrando insatisfacción con lo conseguido y generando una sensación de persistente infelicidad.
Quizá una buena solución la podemos encontrar en una buena pregunta. Ya podéis imaginaros que las malas respuestas suelen estar precedidas de malas preguntas.
Cuando queremos poner foco en nuestra vida podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué legado me gustaría dejar una vez que ya no esté aquí? Y no estar aquí tiene muchos significados. No solamente se refiere al hecho de morir, sino que cada vez que cerramos un proyecto deberíamos reflexionar sobre cómo hemos impregnado con nuestro ser cada momento invertido en dicho proyecto.
Quizá nos dé miedo darnos cuenta de que nada se recordará, de que nada hemos cambiado, de que a nadie hemos inspirado.
Son muchas las empresas que han tomado conciencia de dejar un legado en todo aquello que emprenden. De la misma manera nosotros deberíamos incluir que queremos que sea nuestro legado en cada proyecto que iniciamos, bien sea en el plano profesional cómo en el plano personal.
Legar es transmitir, entregar a alguien lo que hemos encontrado, lo que hemos descubierto, con el objetivo de que lo aproveche y lo transmita igualmente a otros. Por lo tanto nuestro trabajo cobra sentido en el momento que es transmitido. Si, por el contrario, no somos capaces de dejar un legado, nos convertiremos en invisibles para los demás. No hace mucho, escribiendo un discurso para mi querido amigo Juan, hacia referencia a las palabras de la Madre Teresa de Calcuta que decía que “uno de los mayores padecimientos del ser humano es no ser nada para nadie”.
Los que nos dedicamos a ayudar a que otros aprendan debemos comprometernos con nuestro legado que, por pequeño que sea, es más importante para los demás de lo que nos podemos imaginar.
Muchas gracias, Alvaro, de nuevo, por estos posts tan interesantes y, por estos legados que nos dejas cada semana.
Muacccc
Muchas gracias por tu dedicación Álvaro. Un saludo
Un abrazo para ti y gracias
Álvaro me ha encantado. Voy a ver este video con mis hijos esta noche.
Que bueno!! me alegra saberlo
Buenos días Don Álvaro, me parece además de acertado el mensaje, que si las personas en el mundo, la mínima parte, se propusieran dejar un legado, esto sería diferente.
Saludos.
Que razón tienes Mauricio !!!
Gracias una vez más Álvaro, por tu legado y por lo que nos transmites contínuamente. Un abrazo grande
Como siempre Alvaro, muchas gracias por sus aportes tan importantes para nuestro auto aprendizaje. Dios le siga bendiciendo con ese talento pra poder compartir con quienes leemos sus mensajes con ahinco y dedicaciòn.
Tuve el enorme placer de conocerlo en UNITEC de la Ciudad de San Pedro Sula, en Honduras.
Saludos cordiales desde Honduras, C.A.
Intento cada día aportar y transmitir buenas maneras a mis compañeros de trabajo y clientes, amigos y conocidos, y pienso que ellos los valoran y les aporta algo de positivismo y buenas actitudes.
Seguiremos trabajando.
Un saludo.
Alberto Cancho
Dia a dia trabajo con esto. El legado. Soy entrenador de natacion y tengo que lidiar con que cada uno, a su manera, trabaje por dejar un gran legado. Yo le llamo dejar huella.
La indefension aprendida, dentro de un equipo de deporte individual, me parece un factor importantisimo, que contemplaba, pero para el que no tenia nombre. Gracias
Que bueno Manuel !!! y que gran labor !!!