De esta manera titula Daniel Goleman uno de los contenidos de su libro Cómo ser un líder, qué es el resultado de una selección de artículos publicados previamente en revistas divulgativas y que hace un repaso por las reflexiones que el autor ya nos presenta en muchas de sus obras.
Especialmente en este caso y repasando su libro, extraigo algunas ideas que puedan ayudar a entender la importancia de la atención como herramienta de liderazgo.
“Las emociones son la forma que tiene el cerebro de dirigir la atención”. Al trabajar la atención, el cerebro es capaz de gestionar de manera óptima las emociones.
El desarrollo de la inteligencia intrapersonal, o como a mi me gusta llamarlo: La gestión de uno mismo, tiene mucha relación con la manera en que prestamos atención hacia nuestro interior. Poner el foco hacia uno mismo nos ayuda a conocernos mejor y a manejar correctamente nuestro autocontrol y nuestra disciplina.
De la misma manera, dirigir nuestra atención hacia otros es en lo que consiste la empatía, ya sea cognitiva, emocional o preocupación empática.
La empatía cognitiva nos permite comprender los modelos mentales que utiliza cada persona y a través de los cuelas ven el mundo.
La empatía emocional tiene más que ver con la química con la que sentimos y nos conectamos con otros.
La preocupación empática nos permite sentir las necesidades de aquellos que nos rodean y responder de manera inmediata a estas necesidades.
Y a estas dos atenciones (interior y exterior) es necesario añadir una atención social que todo líder necesita poseer ya que tiene que ver con la curiosidad, actitud imprescindible para el aprendizaje continuo. La atención exterior se presenta como una herramienta de gran utilidad para entender sistemas complejos y anticipar el futuro
¿Cómo entrenar la atención? Si hablamos de atención debemos diferenciar entre la atención selectiva y la atención plena. Sin duda, uno de los gimnasios de la atención está en la meditación y muchos de los actuales estudios sobre el cerebro confirman que la meditación fortalece los circuitos en el cortex prefrontal que guía la atención, tal y como explica Goleman.
Sin embargo la realidad es que actualmente no resulta fácil mantener la atención durante un tiempo prolongado. Demasiadas distracciones a las que sucumbimos, muchas ellas relacionadas con estímulos tecnológicos. Un niño que pasa demasiado tiempo aislado viendo una pantalla pierde oportunidades de aprender empatía y entrenar la atención tal y como la hemos explicado anteriormente.
Tal y como explica el autor muchos profesores están preocupados por la dificultad que muchos de sus alumnos muestran al atender una narración compleja y como esto puede afectarles a nivel profesional en el futuro cuando necesiten concentrarse durante periodos de tiempo largos y exigentes.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin han utilizado la gamificación como herramienta para trabajar la atención ya que el éxito en el videojuego depende de poner en juego la tranquilidad y la concentración.
La inteligencia emocional está íntimamente vinculada al entrenamiento de la atención. Cada vez más estudios demuestran el valor añadido que aporta esta inteligencia al conocimiento técnico de muchos profesionales. La inteligencia emocional es mucho más que gestionar emociones. Tiene que ver con la manera en la que prestamos atención: a nosotros mismos, a los demás y a la sociedad en la que vivimos.