Este concepto japonés podría traducirse como la “razón de ser”. Según los nipones todos tenemos un Ikigai y descubrirlo nos trae sentido a lo que hacemos y vivimos.
Francesc Miralles y Héctor Gracia investigaron sobre ello y fruto de su trabajo es el libro con el mismo nombre.
La clave del Ikigai según Miralles “es identificar aquello en lo que eres bueno, que te da placer realizarlo y que, además, sabes que aporta algo al mundo. Cuando lo llevas a cabo, tienes más autoestima, porque sientes que tu presencia en el mundo está justificada. La felicidad sería la consecuencia”.
No solo existe este concepto en Japón ya que los daneses utilizan la palabra hygge y los suecos fika para explicar una filosofía de vida parecida.
Lo que llama la atención de los ancianos japoneses, especialmente los que residen en Ogimi, una población al norte de la isla de Okinawa, conocida como “la isla de los centenarios” tiene el orgullo de ser la localidad con el mayor índice de longevidad del mundo.
Los autores de Ikigai encontraron ciertos rasgos comunes entre sus habitantes. Algunos de ellos son los siguientes:
Todos pertenecen a algún tipo de asociación vecinal
Muestran pasión por lo que hacen
Están conectados y orgullosos de su cultura y tradiciones locales.
Poseen un yui-maru, o “espíritu de cooperación mutua” muy arraigado. Este fuerte sentido de comunidad les lleva a participar como voluntarios en cualquier tipo de obra pública.
No están parados. No verás ancianos al sol sin nada que hacer. Siempre tienen alguna ocupación a la que le dedican tiempo sin que esto les genere ningún tipo de estrés, sino que más bien lo viven con flexibilidad.
De alguna manera el Ikigai responde a la búsqueda de un talento que mantiene una profunda esencia colectiva. El sentimiento de pertenencia y de contribución social son factores que contribuyen a aumentar la esperanza de vida. Este sentido de contribución social es lo que también defendía Alfred Adler y que denominaba Gerneinschafisgefuhl . Para el psicólogo, creador de la Psicología individual, el criterio de salud mental se definía por el grado de sentimiento de comunidad.
El Ikigai es el nucleo central en el que confluyen cuatro conceptos claves del talento: Lo que amas, lo que el mundo necesita, aquello en lo que eres bueno y aquello por lo que ganas dinero
Los autores nos invitan a hacernos 4 preguntas que pueden ayudarnos a encontrar nuestro Ikigai:
¿Cuál es mi elemento? En que contextos me siento y me he sentido más cómodo de manera natural. ¿Con gente? ¿a solas? Tu Ikigai lo encontrarás en estos entornos.
¿Con qué actividades se me pasa el tiempo volando? Es otro indicador de que se trata de una pasión por desarrollar, asegura.
¿Qué te resulta fácil hacer?
¿Qué te gustaba cuando eras niño?
Y a todo esto añado, ¿contribuye a mejorar en algo la vida de los demás?
¿Quieres empezar a encontrar tu Ikigai?