Seguramente que a lo largo de los años has conseguido éxitos importantes, has alcanzado metas que te parecían muy lejanas, has llevado a tu equipo a niveles de excelencia elevados. Pero, ¿cuántas veces has parado a celebrarlo? ¿en cuantas ocasiones has valorado explícitamente tu logro o el de tu equipo?
Aprendemos tanto o más de los éxitos que de los errores. Pero desgraciadamente, quizás por nuestra cultura, quizás por nuestra educación o por ambas cosas a la vez, nos ocurre que confundimos el éxito con lo que debemos hacer. Y como conseguir algo o obtener un resultado esperado es lo que debemos hacer nos olvidamos de celebrarlo.
Esto ya nos ocurre desde pequeños. Cuando un niño aprueba una asignatura es su obligación. Incluso si no obtiene una calificación elevada el adulto no está satisfecho y le exige más. Ya desde pequeños somos sometidos a la tiranía del resultado por comparación. Y esto hace, en muchas ocasiones, que prioricemos el error al éxito. Y por tanto esto nos lleva a olvidarnos de celebrar el éxito conseguido con esfuerzo y dedicación.
Cuando somos adultos y estamos inmersos en el mundo laboral, este hábito improductivo ya adquirido e integrado en un plano inconsciente hace que olvidemos dedicar tiempo a celebrar los éxitos alcanzados a lo largo del año ya sean propios o colectivos.
Y es que celebrar un éxito tiene unos beneficios directos muy interesantes:
– La celebración es un ancla que nos permite tomar conciencia de la confianza adquirida en un aprendizaje .
– Celebrar compartiendo tu alegría tiene un efecto contagioso. Todos sabemos la fuerza que tiene contagiar tus emociones.
– Celebrar te permite poner más foco y más importancia en el éxito que en el fracaso. Te permite cambiar hábitos de pensamiento y permite que tu lenguaje sea más constructivo y más optimista.
– Celebrar te permite vivir con alegría y sentido del humor las situaciones complejas, duras e incomodas que tiene tu día a día.
Si vives la vida como la oportunidad de celebrar aprendizajes, éxitos, superación de dificultades, logros intermedios y decisiones complejas, entonces tu perspectiva de la vida se ha enriquecido.
Generar el hábito de la celebración te ofrece un plus de energía para afrontar cada situación compleja. Seguramente es muy reiterativo, pero si nos fijamos en cómo vive Rafa Nadal cada punto, cada partido, cada campeonato y la felicidad con la que celebraba sus pequeñas y grandes victorias podemos ver como la celebración influye en la actitud.
¿Quieres más pruebas?
Interesante… Nunca lo habia analizado desde ese punto de vista … Es decir nunca pense que “celebrar el exito” fuera una parte tan importante del logro. Es mas, en general no acostumbro a hacerlo, por lo que agradezco tu mensaje de este dia y comenzare a aplicarlo hoy mismo. Muchas gracias .
Celebrar un éxito, sentirnos y expresar una gran satisfacción por cualquiera de nuestros logros, lo analizo como una forma hermosa de demostrar nuestra humildad. Gracias por su disposición de todos los lunes.
Totalmente de acuerdo. Muy buen post
Al igual que los niños muchas veces no son felicitados por sus padres cuando sacan buenas notas, los adultos no son felicitados por sus jefes cuando hacen bien un trabajo, simplemente nos pagan para eso.
Alegrándonos y felicitando a los demás, conseguiremos motivarnos y coger energía nueva para afrontar los siguientes retos
Desde que aprobé mi oposición el pasado mes de julio no he parado de celebrarlo. Hoy mismo me toca con otro grupo de amigas…
Gracias por tus reflexiones, Álvaro
Celebrar la vida nos aporta más vida…
Gracias de nuevo por tus reflexiones y enseñanzas…
Un abrazo.
P.Bazalo
La celebración invita a la vida, a la alegría y al deseo de seguir.
Gracias por celebrar y compartir tu aprendizaje con el resto…