De esta manera se define en un artículo del periódico El País, el momento actual que estamos viviendo en el que nuestros cerebros atienden, de forma desenfocada a multitud de estímulos instantáneos, incapaces de atender de manera sostenida a una conversación o de no responder al instante a ese mensaje que acaba de saltar en el smartphone.
En 2004 la profesora Gloria Mark, de la Universidad de California Irvine estudió la manera compulsiva de responder a las redes sociales y a los emails de la misma manera que personas con problemas con el juego tenían con las maquinas tragaperras. Otros estudios hablan de que diariamente consultamos entre 80 y 110 veces el teléfono. Existen varias apps que te pueden dar esa información sobre el uso que tú le das. Una de ellas es Moment. Desde que la descargué tomé conciencia de la cantidad de tiempo que utilizo el teléfono y de la cantidad de veces que accedo. Me asusté. Le estoy poniendo remedio.
Con el estudio Los neuróticos no pueden concentrarse: Un estudio in situ sobre la multitarea online en el trabajo (2016) esta profesora constató como cuando trabajamos frente a un ordenador, cambiamos de pantalla cada 47 segundos. El problema no reside en la multitarea, que por otro lado siempre ha existido, sino en la pérdida de atención. Otros estudios hablan de que solemos consultar más de 70 veces al día el correo electrónico.
Para muchos psicólogos que estudian estas nuevas relaciones con las tecnologías, la multitarea se da porque se atiende a la vez a estímulos que requieren poca capacidad cognitiva. Lo que si aparece ahora es un nuevo concepto, acuñado por Linda Stone, miembro asesor del MIT Media Lab, que se denomina APC (Atención Parcial Continua) que consiste en prestar atención a varias fuentes de información de manera superficial.
Según Stone “nos centramos demasiado en la gestión de nuestro tiempo y poco en la gestión de nuestra atención”.
La capacidad para centrar la atención es condición indispensable para la autonomía, reflexión, responsabilidad, el compromiso y la búsqueda de sentido, tal y como aparece en el Manifiesto Onlife, iniciativa de la Comisión Europea.
Vivimos ya en una era de dualismos donde control y complejidad se entrelazan de manera líquida y donde necesariamente debemos aprender a manejarnos de manera eficiente.