(breves extractos del discurso en el homenaje a Juan Ignacio Mayorga)
“Uno de los mayores padecimientos del ser humano es no ser nada para nadie”. Estas palabras de la madre Teresa de Calcuta cobran sentido hoy en día cuando hablamos de liderazgo
Se nos llena la boca cuando hablamos de líderes y de liderazgo y se nos olvida con demasiada facilidad que no existen lideres sin personas. Las personas están por delante de los líderes, la humanidad es una clave del liderazgo.
No existe una acepción más precisa para el liderazgo que la humanidad. De nada sirve influir en los demás, si no se hace desde la profunda convicción de que la persona es un diamante en bruto que necesita ser pulido.
Un liderazgo humanizador siempre estará relacionado con el deseo de anteponer a las personas frente a la tiranía de los resultados. Para enarbolar la bandera de lo humano se necesita una sensibilidad fuera de lo normal, terreno exclusivo de unos pocos que decidieron apostar por las personas.
El liderazgo humanizador nos enseña que, para transformarnos, es imprescindible despojarse de todo ego. Que el ego acorta la mirada y es un lastre que antes o después, pasa factura a quien no deja de alimentarlo.
Entender la visión humanista de la vida nos convierte en artesanos de nuestro propio talento y el de nuestros aprendices. “AGUARDA Y CONFIA”, aguarda con paciencia la llegada de la mejora y confía porque es la única manera de aguardar con paciencia.
Que lo importante no es el resultado sino cómo cada uno nos transformamos mientras perseguimos nuestros sueños. Que la excelencia está en el camino, nunca en la meta. Que la excelencia está en saber disfrutar de cada pequeña cosa.
Que la excelencia está en ser capaz de promover la curiosidad insaciable, el deseo constante de mejorar siendo conscientes de que la excelencia no es un acto, es un hábito, es el fruto de lo que hacemos cada día.
Excelente post Alvaro! “Uno de los mayores padecimientos del ser humano es no ser nada para nadie”. Hace poco lei un libro muy corto pero entretenido de Patric Lencioni que esta muy relacionado a la lectura. El libro se llama Three Signs of a Miserable Job (Tres Signos de un Trabajo Miserable). Uno de los signos es la Irrelevancia. El la define como el senitimiento que las personas tienen cuando no ven que su trabajo hace la diferencia en la vida de otras personas. Uno de los objetivos del personaje del libro es hacer que las personas sientan que son importantes y que de alguna forma u otra su trabajo impacta en la vida de otros.
Un fuerte abrazo desde Honduras.
Genial, Alvaro!!!……….
Qué importante es recordarnos que lo importante no es tanto llegar a alcanzar el sueño, sino el recorrido que hacemos para lograrlo. Como dice Konstantino kavafis en su bellísimo poema “Itaca”.
Y efectivamente, que la excelencia no e sun acto, sino un hábito que se construye con el hacer de casa día.
Finalmente, me quedo con la frase del título: AGUARDA Y CONFÍA.
Gracias por transmitirnos e insuflarnos esa fe y esa esperanza, que son el gran sostén en la vida y lo que nos permite atravesarla con paz y calma.
Un fuerte abrazo.