Si alguna vez has competido en algún deporte es muy probable que, entre todos los entrenadores que tuviste, hubo alguno que te dejó huella. Si lo tuyo no es el deporte, piensa entonces en algún profesor o algún jefe que lo haya hecho.
Seguramente no eran ni los que mejores resultados obtuvieron, ni los que tenían el conocimiento más profundo de sus disciplinas. E incluso siendo así, es muy posible que la huella que dejaron en ti no estuviera únicamente vinculada a estos aspectos.
He tenido entrenadores y jefes de los que casi no me acuerdo. Pasaron por mi vida siendo buenos profesionales pero nada más. No dejaron en mí una huella marcada. Sin embargo tengo muy claro que de otros nunca me olvidaré.
Y tú, ¿recuerdas a alguno de ellos?, ¿qué les hacia especiales?
Las personas que dejan huella son aquellas que desempeñando su profesión, ya sea un entrenador o un profesional de cualquier sector empresarial, son capaces de ir mucho más allá de las funciones por las que fueron contratadas.
Ir mucho más allá no significa hacer grandes cosas, sino todo lo contrario. Significa apostar por las personas con pequeños detalles que marcan grandes diferencias. Son personas capaces de despertar la curiosidad en aquellos con los que trabajan dejando una impronta emocional. Nunca dejan indiferentes.
Dejan huella porque te provocan y te retan a romper las reglas y a desarrollar un pensamiento crítico lo suficientemente constructivo como para cuestionar el orden establecido. Seguramente ninguno de ellos destaca por ser purista en su disciplina profesional, sino más bien todo lo contrario. El perfeccionismo desmedido no suele dejar demasiada huella emocional. De hecho es el camino más directo a la infelicidad. Los lideres que dejan huella son maravillosamente imperfectos. Son las personas con las que descubres que el reto está en aceptar el fracaso como parte del aprendizaje. Te lo enseñan porque lo han vivido y porque el fracaso es inherente al ser humano. Si no fracasáramos no seriamos seres humanos.
Los líderes que dejan huella no suelen enfocarse tanto al qué sino al cómo, porque es en el cómo donde el ser humano toma toda su relevancia. El QUÉ suele llevar consigo más dosis de individualismo, mientras que el CÓMO requiere de la capacidad para interactuar con las personas. Y ahí es donde se deja huella.
Francisco Mora, en su libro Neuroeducación, habla de un estudio en el que se solicitó a un grupo de estudiantes que valorase, viendo unas grabaciones de clases universitarias, a unos profesores que no conocían. Estos profesores habían sido evaluados por sus alumnos después de un semestre de clases. Los nuevos alumnos tardaron únicamente 2 horas en evaluar de manera prácticamente idéntica a estos profesores a los que tan solo habían escuchado mediante una grabación de video.
Parece que la huella emocional que dejamos en las personas con las que trabajamos va más allá de los aspectos vinculados a los conocimientos, a lo correcto y lo perfecto. Parece que mucho tiene que ver la manera en la que conectamos, interactuamos y damos valor a la persona que tenemos delante.
Y tú, como profesional y como persona, en el deporte, en la empresa o en cualquier otra disciplina, ¿dejas huellas o tan solo eres un correcto profesional?
Enhorabuena por el artículo, tras el cual quiero aprovechar, ya que me parece oportuno, para recordar con el siguiente link la figura del entrenador Dean Smith:
http://www.solobasket.com/internacional/nos-deja-el-legendario-entrenador-de-north-carolina-dean-smith-d-e-p-1931-2015
En el, y en el video que contiene, podréis ver lo que significa un líder que deja huella emocional. Dean Smith es un legendario entrenador de baloncesto en la Universidad de North Carolina, quién entre a otros grandes jugadores, entrenó a Michael Jordan
Ya sabes tu que yooooo…jajaja…!no se!creo queeee quizás hubo un compañero de mi hermano de carrera queeee…pero no se yoooo…
Eres un grande.
Lideres que dejan huellas, pero que esa huella nos ayude a ser mejor persona o profesional.
Tomando el ejemplo que indica Julian, Michael Jordan hubiera sido el jugador que fue si no hubiera tenido en su camino a Dean Smith y Phil Jackson?
Que porcentaje del éxito corresponde a tener un buen líder o coach?
Y si no tenemos la suerte de encontrar o tener un líder que nos deje huella?
Gracias Alvaro por tu reflexión y el cómo reflexionas. Dedique muchos años de mi vida a un deporte en el conocí de todo. Solo tras el filtro de los años, perdura en mí la figura de un segundo entrenador, que supo enseñarme que sin corazón, la razón es menos; sin la emoción de superarte a ti mismo, las metas no eran tan gratificantes y sin el dolor del sacrificio para que brille el equipo, no hay alegría. Fue un hombre callado y gris (así lo recuerdo), pero con su mirada y su palabra me enseñó que no vale la pena triunfar en un deporte, sino eres capaz de sentirme orgulloso e identificarme con lo que hacia en la vida diaria. Aquella huella es hoy un camino transitado (de ida y vuelta) en el que me cruzo con otras personas que no tuvieron la misma suerte que yo de ser deportista. Un abrazo y feliz fin de semana.
Muchas gracias, una vez más, por tu reflexión. Después de 30 años en la Educación (he pasado por todos los niveles), he pensado en los profesores que tuve y que recuerdo especialmente, generalmente no eran la estrella del claustro, pero enseñaban con el mismo entusiasmo que aprendían con sus alumnos a los que respetaban profundamente y ello nos hacía admirarlos y recordarlos hoy con cariño.
Y, como profesora también hubo alumnos que me dejaron huella. Sobretodo los ojos asombrados de los pequeños , la gratitud de los padres de “los Especiales” y, ahora el ejemplo de algunos, que a su vez ya son profesores. Un abrazo. A la espera de tu próxima reflexión
Los valores son lo esencial. Cualquier objetivo o plan, son sólo el medio o la oportunidad para transmitirlos.
Gracias Álvaro.
Es lo que nos llevamos lo que cuenta, por encima incluso de la victoria del esfuerzo existe una oportunidad de querer ser mejores.
[…] podemos alimentar nuestro espíritu de mejora permanente cuando disponemos de modelos y ejemplos que nos inspiran a ir un poco más […]
Muchas gracias Álvaro por recordarnos la importancia de ser conscientes, de que lo que haces sentir a los demás es lo que marca la diferencia entre tú y los otros y que la capacidad de manifestar emociones en la gestión de personas añade un plus y un refuerzo en valores aplicable en cualquier ámbito de la vida. Un fuerte abrazo.