*hombre y mujer modernos
Este mundo volátil y ambiguo en el que estamos inmersos donde los cambios han venido a instalarse en la cotidianeidad, nos reclama abrazar la incertidumbre y pasar a la acción como factor de evolución. Sin embargo nos encontramos con un ser humano que corre enormes riesgos de no ser capaz de responder con acierto a las demandas de este entorno complejo.
Y esto ocurre básicamente porque el hombre moderno corre el riesgo de convertirse (si no se ha convertido ya) en un espectador, tendente a la inacción. Un espectador pasivo que vive en la paradoja que estar en constante movimiento pero sin ir a ninguna parte.
Un hombre moderno configurado por la cultura televisiva, con respuestas enlatadas, con emociones predeterminadas que debe sentir, carente de responsabilidad y cada vez más individualista e insolidario.
Un hombre moderno hedonista, tan solo volcado en disfrutar del presente sin ocuparse del futuro, entendiendo que la vida solo es vida si es placentera, alejándose de las mínimas normas de convivencia y comportamiento individual y social que le arrastran a una peligrosa permisividad.
Es un hombre moderno “light”, “Zero Zero”, “sin”, interesado por infinidad de cosas pero de manera epidérmica, sin profundidad alguna, carente de cualquier criterio ni pensamiento autocrítico para la mejora.
Un hombre moderno que en muchas ocasiones se ha convertido en la expresión más barata del “youtuberismo” superficial y carente de contenido.
Un hombre moderno que no ha entendido aún lo que esta modernidad V.U.C.A. le exige para responder de manera acertada.
Frente a esta realidad desesperanzadora existen hombres y mujeres que están dando respuestas a estos entornos
¿Cuáles son sus señas de identidad?
Personas marcadas por una mirada hacia el futuro apoyada por una plena consciencia del presente.
Hombres y mujeres que arriesgan con la inteligencia propia de un pensamiento crítico bien construido.
Inconformistas vitales, curiosos empedernidos, inquietos por naturaleza que indagan en los contextos más incómodos para encontrar respuestas y sobre todo, nuevas preguntas.
Personas con una responsabilidad social auténtica, con la solidaridad en su ADN y entendiendo las realidades en términos de proyectos estimulantes nunca exentos de dificultades.
Personas con ojos brillantes, con miradas desacostumbradas y con actitud positiva frente a todo aquello que han de vivir y que no han elegido.
Personas vulnerables, frágiles y que entienden que como seres sociales necesitan de la compañía de otras personas para trascender más allá de sus propios objetivos y metas.
El entorno está en profundo cambio y exige que los seres humanos evolucionemos para adaptarnos a sus nuevas demandas para no perecer en el intento.