Marcus Buckingham, experto en liderazgo y analista del Instituto Gallup, participó la semana pasada en el WOBI celebrado en Madrid. Defensor del trabajo apoyado en las fortalezas aportó una mirada muy interesante a la hora de hablar del talento: “Antes de lanzarnos a conocer nuestros puntos fuertes naturales, debemos tener claro que un punto fuerte no es aquello que haces mejor, sino lo que te fortalece, es una actividad que al realizarla te vigoriza, te hace fuerte”
De las palabras de Marcus Buckingham se pueden extraer varias ideas sobre las que te invito a reflexionar:
Enfocarse en las fortalezas nada tiene de ver con ser ingenuo y olvidar que todos tenemos debilidades. Trabajar sobre las fortalezas nos permite decidir cuanto tiempo le dedicamos a aligerar las debilidades para que no supongan un lastre en nuestro desarrollo.
Fortaleza es aquello que te fortalece y debilidad es aquello que te debilita. A hacer algo muy bien podemos llamarle desempeño pero, si hacer algo para lo que tienes capacidad te va consumiendo poco a poco, entonces no podemos llamarle fortaleza. Es una cuestión de energía. Debilidad es aquello que antes de empezar a hacerlo te roba energía y hace que pierdas el foco de atención mientras lo estás realizando.
El talento ni es escaso, ni es territorio exclusivo de unos pocos elegidos. El talento reside en todos porque nuestras fortalezas nos hablan de aquello que amamos hacer. Hacer tareas que nos entusiasman y hacerlas en los lugares adecuados abrazan este concepto.
Los líderes necesitan imperiosamente escuchar a sus colaboradores porque cuando dejan de hacerlo empiezan a perder su credibilidad. Cuando no hay tiempo para escuchar con autenticidad, perdemos la oportunidad de acompañar a las personas en el desarrollo de su talento. En la escucha auténtica se inicia el verdadero liderazgo y la cultura de un equipo.
¿Quieres hacer un ejercicio?
Buckingham nos propone un ejercicio, tan sencillo como interesante (suele ser habitual que lo sencillo resulte interesante): Utiliza una hoja de papel y dibuja una línea dividiendo la hoja por la mitad. En uno de los lados escribe “Me encantó” y en el otro lado “Lo odié”. Durante una semana recoge evidencias en un lado y en otro del papel. Cada vez que desees hacer algo anótalo en un lado de la hoja y cuando desees postergar algo o tratar de delegarlo porque no te gusta, escríbelo en la columna contraria.
Si quieres empezar a encontrar tus fortalezas, empieza trabajando sobre todas las evidencias que registraste en la columna “Me encantó”. Es muy posible que te resulte sencillo encontrarlas si descubres el hilo que las une.
Y aún así, después de todos estos argumentos, la realidad es que prácticamente 7 de cada 10 empresas apoyan sus políticas de desarrollo tratando de arreglar las debilidades de sus trabajadores. ¿Por qué ocurre esto? Seguramente en nuestra cultura y nuestra educación encontremos muchas respuestas.
Alvaro una vez más tus aportes son grandes puentes de conectividad, gracias por compartir conocimiento, que continúen los exitos, Saludos
Muchísimas gracias !!
Que grande alvaro. Te sigo desde chile y practico la doctrina. Líder en el área nutrición y deporte. Saludos y gracias.
Muchísimas gracias Cristian !!
Un fuerte abrazo
Muy buena enseñanza. Gracias
Alvaro por compartir con nosotros tu conocimiento y esfuerzo.
Saludos desde Honduras