Así se le conoce en Estados Unidos a Pau Gasol. Y no es casualidad porque transmite positivismo por los cuatro costados. ¿Cuál es el secreto de su éxito? Sin duda, el autocuidado.
Siempre resulta interesante indagar en las claves que llevan a un deportista como Gasol a mantenerse en lo más alto de la élite y tratar de transferir a la vida profesional estas buenas prácticas.
¿A qué refiriere Gasol cuando habla de autocuidado?
Para estar preparado en el deporte y en la vida es imprescindible atender a todas las señales que nos ayudan a mirar hacia dentro más que hacia fuera.
Espacios para la serenidad: Los ritmos frenéticos que se prolongan en el tiempo resultan nocivos a largo plazo. Casi sin darnos cuenta nos emborrachamos de prisa y velocidad descontrolada y no somos capaces de frenar y conectarnos con nosotros mismos. La meditación ayuda a Pau a mantener la serenidad entre tanta tormenta. No es casualidad que esto lo aprendiera en su etapa como jugador de los Lakers y lo hiciera de la mano de Phil Jackson en la etapa en la que coincidió con el entrenador zen. Meditar en grupo o en solitario le permite regalarse a si mismo espacios de conexión. Resulta curioso como para manejar la velocidad es necesario recurrir a la lentitud. Sin embargo la prisa no deja espacio a la relajación. A la prisa le da miedo parar, no vaya a ser que descubra la calma y no encuentre sentido a su existir.
La alimentación. Otro de los aspectos del cuidado físico que normalmente descuidamos por las prisas. No es solo lo que comemos sino a la velocidad a la que lo hacemos, fruto de nuestro estilo de vida. Cuantas enfermedades dejaríamos de contraer si pusiéramos más atención a lo que comemos.
La actitud positiva y el agradecimiento. El autocuidado tiene mucho que ver con estas dos cualidades. Nunca caeré en el “buenismo” barato y me alejo radicalmente de la idea del optimismo desmedido. Actitud positiva y agradecimiento tienen que ver con la conciencia de fragilidad. Sabernos frágiles en un mundo en el que nuestra vida puede cambiar en cualquier momento. Un mundo en el que lo que controlamos es mucho menos de lo que pensamos realmente.
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La actitud del eterno principiante, apoyada en la ética infatigable de la superación y del esfuerzo por la mejora continua. No es extraño que uno de sus ídolos sea Rafa Nadal ya que ambos son un fiel reflejo de los valores que transmite el deporte; ese deporte que queremos que nuestros hijos aprendan y no se dejen llevar por otros ejemplos detestables.
La autocrítica constructiva que no deja espacio a la excusa. “Las excusas te conducen al fracaso” tal y como compartía Gasol en una entrevista hace unos meses. No hay “peros” en el lenguaje de un líder ni respuestas tranquilizadoras, sino más bien respuestas poderosas que refuerzan la responsabilidad personal y colectiva. Solo desde un profundo sentido de la responsabilidad se pueden dar respuestas y soluciones a las situaciones más complejas. Porque quien es responsable es proactivo, innovador, va más allá de sus propias expectativas y se hace cargo de sus aciertos y sus errores. Ese es Mr. Nice Guy, un ejemplo actual en el que no solo deben mirarse los niños sino todos los adultos que aspiran a tener sus proyectos de vida y hacerlos perdurables.
Álvaro muchas gracias por el artículo de esta semana, me ha parecido muy interesante y enriquecedor.