Desde que se descubrieran las neuronas espejo en las investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Parma por los investigadores del equipo del Dr. Rizzolatti, se han abierto nuevas vías de investigación relacionadas con el cerebro social. Estas neuronas actúan, tal y como señala Goleman, a modo de una wifi neuronal para conectar con el cerebro de otras personas.
Gracias a este descubrimiento entendemos perfectamente porqué se contagian las emociones y como se reflejan en nosotros, así como los movimientos y las intenciones de otras personas.
Cuando hablamos de personas que se relacionan desde un nivel de ”iguales” (amigos, compañeros de trabajo, etc.) las personas que transmiten sus emociones a los demás son aquellas que se manifiestan como más expresivas. Sin embargo, cuando la situación no es tan horizontal, la persona que ostenta el poder es quien marca el estado emocional del resto del grupo.
Sin lugar a duda esto es una buenísima o malísima noticia dependiendo del estado de ánimo del jefe. Y muchas organizaciones toman decisiones dependiendo del estado de ánimo de sus directivos.
Vinculado con esto el Centro Nacional de Primates de Atlanta estudió el comportamiento empático de los primates, descubriendo que si bien las hembras empatizaban y consolaban más a aquellos que estaban en dificultades, quien sobresalía, incluso por encima de las hembras, era el macho alfa de la manada. Esto nos permite reflexionar sobre la idea de que una de las funciones claves del liderazgo social es la de dar el apoyo emocional necesario a aquel miembro del grupo que más lo necesita.
Pero como tantas cosas en esta vida, todo tiene su lado oscuro. En algunos casos, muchos de estos mal llamados líderes son sociópatas encubiertos. Personas que carecen de cualquier tipo de empatía emocional. Muchos estudios cerebrales realizados a sociópatas revelan una reducción de las zonas cerebrales que conectan los centros emocionales con el cortex prefrontal. Estas conexiones son las responsables, entre otras cosas, de la empatía tal y como la conocemos.
A estos sociópatas se les puede identificar en el mundo empresarial ya que son intimidadores con quienes están debajo de ellos mientras son encantadores y aduladores con sus superiores. Otros se manifiestas como sinvergüenzas descarados sin ninguna vergüenza a la hora de ocultarlo, o bien como vagos que no son capaces de poner nada de su parte para aportar a los equipos. Vividores consumados que sobreviven a costa de los demás.
Sin lugar a dudas, nuestro cerebro social también debemos educarlo de cara a aportar más y mejor al entorno en el que nos movemos.
Si quieres seguir aprendiendo: http://www.youtube.com/watch?v=eIt_2Xd_QAM