O lo que es lo mismo, haremos aquello para lo que estemos preparados. Se acabó aquello de decir “es que yo estudié…” y pensar que eso puede durar toda la vida.
Si queremos evitar que todo aquello a lo que nos enfrentamos nos parezca el mismo clavo y pretendamos resolverlo con el mismo martillo necesitamos ser conscientes de varias cosas:
Competiremos con excelencia si hemos entrenado con excelencia. Es imposible entrenar al 60% y pretender competir al 100%. Lo que ocurre en la oscuridad es lo que te pone en la luz.
https://www.youtube.com/watch?v=CDM1FPFxbVk
Damos aquello que somos capaces de dar y eso depende de nuestra preparación en cada momento. Necesitamos actualizar casi permanentemente nuestras competencias para adaptarnos ágilmente a los entornos en constante cambio.
Para ser capaces de ir más allá es necesario desarrollar el músculo del tesón y de la perseverancia. Sin embargo, para desarrollar esta musculatura es preferible estimular desde muy pequeños la audacia y la valentía. Es mejor decirle a un niño que se atreva que decirle que sea tenaz. Suelen entender mejor lo primero. De hecho, sin coraje no hay tenacidad. Primero estimulemos la inteligencia en acción y después entrenemos con exigencia y autocrítica correcta para explorar nuestros límites.
Tenemos límites, claro que si. Sería poco responsable decir lo contrario. Aunque es más inteligente hablar de limitaciones que de limites. Nuestras limitaciones las podemos revisar con más consciencia para que nuestros límites estén cada día más lejos. Aunque recordemos siempre que necesitamos poner más énfasis en las fortalezas que en las debilidades.
Alentemos y estimulemos antes de elogiar. El elogio debilita. Valoremos los aciertos como oportunidades de aprendizaje donde la humildad es el factor indispensable para no volvernos arrogantes.
Defendamos hasta el final el heroísmo diario del trabajo bien hecho. El heroísmo cotidiano se aleja de los falsos mitos vinculados a los grandes héroes (que no lo fueron tanto) a los que vanagloriamos en la distancia pero que no fueron tan perfectos como pensamos ni deberían ser el modelo que mostremos a los niños. El heroísmo cotidiano y silencioso es más sencillo de transmitir y de aprender.
“Si no practico un día, yo lo noto; dos días, lo nota el crítico; tres días y lo nota el público” Jascha Heifetz
Y por último, mantener el compromiso con las decisiones y ser flexible con las estrategias. Pero para esto es necesario regresar a la idea de inicio. Podemos ser flexibles cuando nuestra caja de herramientas tiene más utensilios que un simple martillo. Es la flexibilidad en las estrategias lo que nos acerca a la excelencia.
Y nada de esto tiene que ver con claves de éxito. En muchas ocasiones para que las cosas mejoren antes suelen empeorar. Es en la adversidad donde se forja nuestra heroicidad.
Hola!!
Buena imagen!! Pienso que solo verás clavos si tu actitud es ver clavos, de la misma manera que, con la actitud correcta, solo veras martillos si lo que tienes es un clavo.
Gracias por inspirar los lunes!
Muchas gracias Pep, gracias por estar ahí y aportar con tus comentarios.
Un abrazo fuerte
Hola, estoy totalmente de acuerdo con este post. Debemos anticiparnos al cambio y afrontar cada dificultad de la mejor forma posible, con el martillo adecuado debemos superar cada clavo que nos presenta la vida.
Un interesante libro relacionado con este tema es “¿Donde está mi queso?”, lo recomiendo.
Un abrazo.
j…., que bueno.
Un abrazo
Me ha parecido muy interesante el artículo, muchas gracias por compartirlo,sobre todo la parte de Si solo tienes un martillo, todo te parecerá un clavo Os recomiendo esta página sobre martillos. Saludos