Andreas Brehme, futbolista alemán campeón del mundo en 1990, ha vuelto a ser noticia hace unos días y no por sus éxitos deportivos, sino más bien por sus desacertadas decisiones que le han llevado a la ruina. Ahora, un excompañero le ha ofrecido un contrato en su empresa de limpieza para poder salir adelante.
http://www.marca.com/2014/10/02/futbol/futbol_internacional/bundesliga/1412252669.html
Desgraciadamente no es este un caso aislado en el que deportistas que han triunfado y han tocado la gloria con sus dedos, no han sabido hacer la transición adecuada después de su “primera jubilación”. Dejar la competición deportiva no implica dejar de competir.
Algunos deportistas que han dominado sus especialidades deportivas, naufragan estrepitosamente cuando entran en un entorno laboral. Recuerdo que en varias ocasiones, conversando con Jorge Valdano, siempre me decía que el futbolista es adolescente hasta los 35.
Sin embargo son muchos los casos de éxito de deportistas que han disfrutado del éxito deportivo y siguen cosechando victorias en el terreno profesional.
¿Qué les diferencia? ¿qué han hecho estos últimos para seguir adelante?
Seguramente que son muchas las variables que influyen en el devenir de todos ellos y que no existe ni existirá una fórmula mágica que asegure su éxito una vez acabada su trayectoria deportiva.
Lo que si es cierto, al menos con aquellos con los que he trabajado y compartido mucho tiempo es que hay ciertos denominadores comunes en ellos y ellas que les preparan para su segunda etapa vital. No nos olvidemos que saben hacer su trabajo en condiciones de mucha presión y ese entrenamiento es un valor incalculable.
- Anticipan su futuro. Comienzan a preparar el camino antes que los demás. No evaden esta realidad que les llega a todos, sino que empiezan construir su nueva etapa cargados de entusiasmo mucho antes que otros.
- Han aprendido a hacer el duelo que supone cerrar una etapa para abrir otra. Cuanto antes aceptan esta situación antes se preparan para la siguiente.
- Complementan sus competencias con el conocimiento que les falta. Todos ellos se ha preparado académicamente para llenar los huecos que les faltaban. Su realidad es muy diferente al resto de la gente. Desde la infancia se nos enseña a adquirir conocimientos dejando lagunas competenciales que son más difícilmente entrenables cuando somos adultos.
- Mantienen el hambre por aprender y desafiarse continuamente. Un deportista de élite lo es en gran medida por tener “hambre”. ¿Quién no quiere tener alguien así en sus equipos de trabajo? Estos atletas llevan entrenando toda la vida las competencias esenciales que las empresas más valoran.
- Mantienen a raya su ego y han aprendido a conocerse a fondo. Muchos de ellos, a lo largo de su vida deportiva, están inmersos en ciertos contextos tóxicos que les dificultan madurar y prepararse para su vida después de la retirada deportiva. Desgraciadamente el único lastre que trae consigo el éxito es la vanidad. Y la vanidad es quien roba oportunidades de aprendizaje. El vanidoso no siente necesidad real de aprender y mejorar. Tan solo desea estar por encima de los demás.
- Piden ayuda, se declaran vulnerables y toman el mando de sus vidas. Un “no sé” es el principio de cualquier aprendizaje. Una declaración de este tipo abre las puertas al descubrimiento de una nueva realidad.
Pedir y aceptar ayuda es un sublime acto de generosidad, mucho mayor que ofrecerla.
Es increible!!!
Me gustaría compartir con ustedes un programa educativo que tiene por objetivo combatir este tipo de casos de jugadores de elite.
y como el hay muchisimos mas; Pippen, Zamorano, Pipino Cuevas, JC Chavez, Me apasiona este tema,
Genial post Álvaro, qué importante es saber manejar las transiciones en la vida, y en el mundo del deporte hay etapas muy específicas que nos pueden servir de ejemplo y guía para cualquier faceta de la vida. Un abrazo.
Sin duda, uno de los mejores post. ¿Qué será de mí cuando yo ya no sea esto? es la eterna pregunta para quien sabe que la competición física no es eterna. Trasladar el concepto de lo que han hecho para llevarlo a una vida, más madura es un reto. Genial, Álvaro que cada vez estas personas puedan tener una mejor orientación y rompan creencias de fracaso.