En estas semanas estoy compartiendo contigo algunas de las ideas que más me están haciendo reflexionar sobre alguno de los trabajos del pensador José Antonio Marina. En esta ocasión rescato alguna de las propuestas acerca de la Inteligencia que el filosofo y pedagogo español propone para entender los éxitos y fracasos de nuestros comportamientos.
Marina entiende inteligencia como “la capacidad de un sujeto para dirigir su comportamiento, utilizando la información captada, aprendida, elaborada y producida por él mismo” y por lo tanto su función principal es salir bien parado de la situación en la que nos encontremos.
En ocasiones esto no es posible porque el problema está al principio. Es lo que se denomina inteligencia dañada y entra en el terreno de la patología. Sin embargo en otras ocasiones el problema está al final del camino. Es cuando entramos en el terreno de las inteligencias fracasadas. Estas inteligencias no tenían ningún problema de origen pero equivocaron el camino, tomaron decisiones erróneas y equivocaron el marco de acción que las englobaba.
No es igual “ser inteligente” que “comportarse inteligentemente”. El primer caso corresponde a nuestra capacidad intelectual y el segundo habla del uso que hacemos de esa capacidad que tenemos. Es la inteligencia en acción.
“Inventar fines es la capacidad más propia de la inteligencia humana. Y si se equivoca en los fines se equivoca en todo. La inteligencia no solo trata de resolver problemas, sino de plantearlos”
Y una vez hecha esta primera revisión de la inteligencia aparece un principio indispensable para entender la inteligencia, El principio de la jerarquía de los marcos: “Los pensamientos o actividades que son en si inteligentes, pueden resultar estúpidos si el marco en el que se mueven es estúpido”
Querer ganar dinero y encontrar la manera de hacerlo fácil y rápidamente puede ser un comportamiento inteligente pero si se hace a costa de la explotación infantil, es una decisión inteligente en un marco abominable. Construir drones para mejorar la vida de las personas es un comportamiento inteligente en un marco adecuado. Hacerlo para matar más fácilmente, fracasa en un marco erróneo.
Por este motivo para evaluar un comportamiento inteligente debemos fijarnos siempre en el marco superior que exista para poder evaluar el comportamiento desde ahí.
Y ¿cuál es el marco de inteligencia superior? El marco de más rango que puede existir es la felicidad humana. Por tanto, cualquier comportamiento que dificulte, aleje u olvide la felicidad humana es un comportamiento fracasado.
Y los grandes fracasos de la inteligencia se dan desde el plano cognitivo, emocional, lingüístico y de la voluntad .
Es imprescindible analizar si nuestros comportamientos residen dentro de marcos adecuados y persiguen fines planteados correctamente. Al fin y al cabo son nuestros “para qué” los que deben ser revisados en profundidad.